La producción artesanal es una de las maneras de trabajo más antiguas que existen en el mundo.
De hecho la producción artesanal no es algo nuevo ni nada por el estilo; más bien, todo lo contrario. Desde que se tiene nociones históricas, siempre han existido trabajadores independientes que han desempeñado sus labores a pequeña escala, empleando sus manos y exhibiendo sus habilidades particulares en la industria artesanal.
La producción artesanal elabora objetos mediante la transformación de materias primas naturales básicas, a través de procesos de producción no industrial que involucran máquinas y herramientas simples con predominio del trabajo físico y mental. Según la UNESCO la importancia trascendental de la producción artesanal radica, además de los productos en sí mismos, en las competencias y los conocimientos que son indispensables para que no desaparezca este tipo de producción. La producción artesanal utiliza herramientas manuales y trabajadores muy cualificados, quienes deben realizar todas las tareas necesarias para la transformación de las materias primas en productos. Cada una de estas tareas o funciones, generalmente, se corresponde con un determinado oficio. Normalmente, la producción artesanal se adapta a las exigencias de los clientes porque posee una gran flexibilidad para llevar a cabo las operaciones necesarias para la conformación del producto final. La producción artesanal se conservó en todos los mercados de los países más desarrollados hasta el inicio del siglo XX y aún perdura para muchos productos.
La producción artesanal conserva una serie de características muy particulares, algunas de ellas se recogen en la Figura 1. En general, este tipo de producción se caracteriza por lo siguiente (Fernández et al., 2006):
1. Volumen de producción muy pequeño y un mercado reducido centrado en un nicho que habitualmente tiene mayor poder adquisitivo.
2. Fuerza laboral altamente cualificada y polivalente en las tareas relacionadas con la fabricación, incluido el diseño de los productos.
3. Flexibilidad para realizar distintas tareas, cuando son necesarias, debido al empleo de herramientas y máquinas de uso general con un ritmo pausado en la ejecución de las operaciones.
4. Productos de alto valor agregado y precio elevado.
5. Fabricación de productos con partes intercambiables, cuando no son productos únicos.
6. La producción es coordinada por un propietario que mantiene el control de la empresa.
7. Alto contacto con los clientes.
8. El valor del producto tiende a mantenerse a lo largo del tiempo.
La clasificación de la artesanía no es homogénea. De hecho, el Departamento Nacional de Planificación (2006), la divide en tres formas:
•Artesanía indígena, donde se manifiesta la expresión cultural de las comunidades indígenas,
•Artesanía tradicional, realizada por comunidades mestizas y negras, presenta un consumado dominio de los materiales utilizados y está fundamentalmente influenciada por el enfoque de los originarios inmigrantes europeos.
•Artesanía contemporánea, en cuyo proceso se incluyen elementos técnicos y estéticos procedentes de diferentes contextos sociales, culturales y económicos. Esta forma de artesanía ha presentado procesos de transformación tecnológica y una preocupación por incorporar creatividad y calidad en los productos.
En el estado Mérida la contribución del sector artesanal a la economía del estado es casi imposible de conocer, en todo caso, no se saben cifras que puedan sustentar los cálculos necesarios.
Hoy en día las estadísticas sobre el número de artesanos que hay en Venezuela son casi inexistentes. Según el censo y registro nacional de artesanos ejecutado desde el año 2004 en todo el país mediante convenio con el Banco de Comercio Exterior (BANCOEX), existen aproximadamente 9.200 artesanos (Embajada de Venezuela en España, 2006).
En Latinoamérica la producción artesanal lucha día a día por sobrevivir ante el incesante asedio de productos de elaborados en otras latitudes, los productos autóctonos de cada país deben ser fuente de calidad de vida para sus habitantes y deben ser mostrados al mundo, ya sea mediante ferias artesanales, turismo u otro mecanismo de promoción. El oficio de artesano debe ser fomentado mediante la incorporación de escuelas artesanales a la educación formal, además, del perfeccionamiento y la capacitación continua de los artesanos. Así mismo, el sector artesanal debe ser objeto de atención por parte del Estado porqu
e además de ser parte del acervo cultural de la nación debe proporcionar empleos dignos a quienes lo desarrollan.
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